Soy totalmente patético para llevar un blog. Esto que vais a leer empecé a escribirlo en una noche de Septiembre y a la vuelta no acabé. Pero creo que merece la pena contarlo aunque lo publique tanto tiempo después. Espero que os animéis con estas experiencias. Son dificiles de afrontar, pero muy reconfortantes. Y ahora, a lo que ibamos:
ESCRITO EL 24 de Septiembre de 2015:
Sí, lo se. Escribo de churras a meninas, pero quería volver a pasarme por aquí para, si aún hay alguien ahí detrás que me lee, contarle mis experiencias.
Este verano ha sido especial. He encontrado alguien que me entiende y que me ha querido ayudar a empezar a superar esto. Poco a poco. Sin rodeos. Empezando por una de las cosas que más me habían marcado: el no salir de fiesta o prácticamente casi ni salir con los amigos.
Durante este verano, han sido varios los pueblos de alrededor que he visitado en fiestas, a dar una vuelta por la noche y tomar algo, y las experiencias han sido bastante gratas. Ese nerviosismo, inquietud y adrenalina en el cuerpo no desaparecen aún, pero se van conllevando. La amígdala famosa esta activada todo el tiempo y ese sexto sentido no hace más que buscar posibles focos de peligro.
La única vez que la situación me pudo fue en unas fiestas en las que fui la misma noche en la que se realizaba el espectáculo pirotécnico. Aparqué mi coche junto al recinto ferial y me bajé. No duré más de 2 minutos fuera del coche. Sumado a la incertidumbre de saber que, ahí cerca, había cientos de kilos de pólvora listos para deleitar a la gente, niños tirando petardos a la entrada del recinto ferial me hacían imposible ir hacia allí, por lo que decidí quedarme en el coche y dejar que mis amigos disfrutaran un rato de la noche, ya que habíamos hecho una tirada de kilómetros para ir allí. Poco antes de que se iniciase el espectáculo, mis amigos accedieron a acompañarme a la población de al lado para ver los fuegos desde lejos. Quise exponerme a una distancia menor, pero con la recomendación de mi amiga y siendo la primera vez que me expondría adrede, nos alejamos aún más. Pero, creo que me alejé demasiado. Estábamos a 4 km de los fuegos y con el viento a favor, es decir, ni se escuchaban, solo se veían! Fue genial, aunque me arrepentí de haberme ido tan lejos.
Ahora voy a poner una pausa mientras escribo esta entrada porque me voy a la que sin duda va a ser una de las exposiciones más difíciles que voy a hacer... Son las fiestas de mi pueblo y hoy dan comienzo con un pequeño espectáculo pirotécnico. Tras buscar el sitio adecuado, teniendo en cuenta la dirección del viento esta noche y la distancia, creo que intentaré ver los fuegos a menos de 1km. Puede parecer mucho, pero lo haré en el campo y ni un solo obstáculo entre yo, mi coche y el sitio de lanzamiento. Me vuelve a acompañar mi amiga, y estoy seguro de que su compañía me ayudará a aguantar mejor el mal trago... bueno, malo o quizás no, tendremos que verlo... Hago punto y seguido, y seguiré escribiendo a la vuelta...
Continuo escribiendo a 31 de Diciembre de 2015:
La experiencia fue genial. Puedo decir que hasta disfrute. En contra de mis expectativas, había muchos más coches en el lugar y creo que eso no se si me ayudó o me inquietó más. Sabía que no podía hacer cosas raras, pero bueno. Me acompañaron mi amiga y una amiga suya, también amiga mía (que lío, ¿no?). He de decir, que no lo he comentado, que la amiga que os comento que tanto me ha apoyado la encanta todo el tema pirotécnico y, aunque me entiende, ella es la primera que quiere vivir con pirotecnia a su alrededor. Creo que esto es bueno la verdad.
Bueno, continuemos. Ella se bajó del coche y yo me quedé dentro con la otra. Estuvimos comentando y se sucedían los truenos de aviso (15 min, 10 min, 5 min...). Cuando empezó, decidí quedarme dentro del coche con todas las ventanillas cerradas y en silencio. El sonido era fuerte, pero con retardo, es decir, no habría nada demasiado inesperado. Y tomé la decisión que me alegró la noche... me salí del coche, me senté en el capó junto a mi amiga y disfruté del espectáculo ahí, sin nada que me separarse de la pólvora... solo unos cientos de metros. El sonido era muy fuerte pero, no se por qué, pude aguantarlo y hasta disfrutarlo. Tanto que tuve tiempo de subir algún vídeo a alguna red social mientras y todo. Era un espectáculo bastante ajustado por el tema económico... todo el rato carcasas iguales y de poco calibre, pero se disfrutó y me sirvió como una muy buena exposición.
Ese momento fue el que marcó el final de mis exposiciones por este año yo creo. Quizás haya alguna más pero no la recuerdo. En esas fiestas no volví a salir... la fobia había vencido, pero bueno, había dado un gran paso anteriormente y por ello estaba contento.
Se avecina una nueva nochevieja en tan solo unas horas... bueno, en 2 horas para ser exacto. Estoy de nuevo en mi pueblo donde, en principio, no debería haber mucho problema, pero seguro que algo habrá, como todos los años. Veremos a ver como acontece. A ver si estos días me animo en escribir algo más, ahora que la gente se anima más en buscar sobre el tema, aunque ya se acaben las navidades y dentro de poco podamos volver a pisar las calles tranquilos.
Si sigues ahí, un abrazo muy grande y un feliz 2016 para ti y los tuyos.
ESCRITO EL 24 de Septiembre de 2015:
Sí, lo se. Escribo de churras a meninas, pero quería volver a pasarme por aquí para, si aún hay alguien ahí detrás que me lee, contarle mis experiencias.
Este verano ha sido especial. He encontrado alguien que me entiende y que me ha querido ayudar a empezar a superar esto. Poco a poco. Sin rodeos. Empezando por una de las cosas que más me habían marcado: el no salir de fiesta o prácticamente casi ni salir con los amigos.
Durante este verano, han sido varios los pueblos de alrededor que he visitado en fiestas, a dar una vuelta por la noche y tomar algo, y las experiencias han sido bastante gratas. Ese nerviosismo, inquietud y adrenalina en el cuerpo no desaparecen aún, pero se van conllevando. La amígdala famosa esta activada todo el tiempo y ese sexto sentido no hace más que buscar posibles focos de peligro.
La única vez que la situación me pudo fue en unas fiestas en las que fui la misma noche en la que se realizaba el espectáculo pirotécnico. Aparqué mi coche junto al recinto ferial y me bajé. No duré más de 2 minutos fuera del coche. Sumado a la incertidumbre de saber que, ahí cerca, había cientos de kilos de pólvora listos para deleitar a la gente, niños tirando petardos a la entrada del recinto ferial me hacían imposible ir hacia allí, por lo que decidí quedarme en el coche y dejar que mis amigos disfrutaran un rato de la noche, ya que habíamos hecho una tirada de kilómetros para ir allí. Poco antes de que se iniciase el espectáculo, mis amigos accedieron a acompañarme a la población de al lado para ver los fuegos desde lejos. Quise exponerme a una distancia menor, pero con la recomendación de mi amiga y siendo la primera vez que me expondría adrede, nos alejamos aún más. Pero, creo que me alejé demasiado. Estábamos a 4 km de los fuegos y con el viento a favor, es decir, ni se escuchaban, solo se veían! Fue genial, aunque me arrepentí de haberme ido tan lejos.
Ahora voy a poner una pausa mientras escribo esta entrada porque me voy a la que sin duda va a ser una de las exposiciones más difíciles que voy a hacer... Son las fiestas de mi pueblo y hoy dan comienzo con un pequeño espectáculo pirotécnico. Tras buscar el sitio adecuado, teniendo en cuenta la dirección del viento esta noche y la distancia, creo que intentaré ver los fuegos a menos de 1km. Puede parecer mucho, pero lo haré en el campo y ni un solo obstáculo entre yo, mi coche y el sitio de lanzamiento. Me vuelve a acompañar mi amiga, y estoy seguro de que su compañía me ayudará a aguantar mejor el mal trago... bueno, malo o quizás no, tendremos que verlo... Hago punto y seguido, y seguiré escribiendo a la vuelta...
Continuo escribiendo a 31 de Diciembre de 2015:
La experiencia fue genial. Puedo decir que hasta disfrute. En contra de mis expectativas, había muchos más coches en el lugar y creo que eso no se si me ayudó o me inquietó más. Sabía que no podía hacer cosas raras, pero bueno. Me acompañaron mi amiga y una amiga suya, también amiga mía (que lío, ¿no?). He de decir, que no lo he comentado, que la amiga que os comento que tanto me ha apoyado la encanta todo el tema pirotécnico y, aunque me entiende, ella es la primera que quiere vivir con pirotecnia a su alrededor. Creo que esto es bueno la verdad.
Bueno, continuemos. Ella se bajó del coche y yo me quedé dentro con la otra. Estuvimos comentando y se sucedían los truenos de aviso (15 min, 10 min, 5 min...). Cuando empezó, decidí quedarme dentro del coche con todas las ventanillas cerradas y en silencio. El sonido era fuerte, pero con retardo, es decir, no habría nada demasiado inesperado. Y tomé la decisión que me alegró la noche... me salí del coche, me senté en el capó junto a mi amiga y disfruté del espectáculo ahí, sin nada que me separarse de la pólvora... solo unos cientos de metros. El sonido era muy fuerte pero, no se por qué, pude aguantarlo y hasta disfrutarlo. Tanto que tuve tiempo de subir algún vídeo a alguna red social mientras y todo. Era un espectáculo bastante ajustado por el tema económico... todo el rato carcasas iguales y de poco calibre, pero se disfrutó y me sirvió como una muy buena exposición.
Ese momento fue el que marcó el final de mis exposiciones por este año yo creo. Quizás haya alguna más pero no la recuerdo. En esas fiestas no volví a salir... la fobia había vencido, pero bueno, había dado un gran paso anteriormente y por ello estaba contento.
Se avecina una nueva nochevieja en tan solo unas horas... bueno, en 2 horas para ser exacto. Estoy de nuevo en mi pueblo donde, en principio, no debería haber mucho problema, pero seguro que algo habrá, como todos los años. Veremos a ver como acontece. A ver si estos días me animo en escribir algo más, ahora que la gente se anima más en buscar sobre el tema, aunque ya se acaben las navidades y dentro de poco podamos volver a pisar las calles tranquilos.
Si sigues ahí, un abrazo muy grande y un feliz 2016 para ti y los tuyos.
Hey como te entiendo. También sufro de Ligirofobia pero me di cuenta de algo, cuando veo los fuegos artificiales no me dan miedo, bueno, el ruido es un poco molesto pero sabes, no me asustan porque se que van a venir, pero les tengo terror a los petardos inesperados o a los globos, porque en cualquier momento explotarán. Que rico que hayas disfrutado así, yo los disfruto pero con tapones en los oídos igial. Jajaja cariños
ResponderEliminarHola! Curioso ver como cada uno la vive de una forma.
EliminarEn mi caso los globos lo tengo superadisimo. Los inflo, los ato, los cuelgo, los exploto... Ya no tengo problema!
Asimismo con los disparos. He usado armas de fuego y sin problema alguno.
Aún queda vencer a la pirotecnia, pero vamos en buen camino.
Los tapones en mi caso pienso que no ayudan en las exposiciones. Lo mejor es exponerse al 100%, si te ves capaz claro, siempre controlandote. No vayas a sufrir un ataque de pánico y acabe en desgracia.
Un saludo
Hola, yo tambien tengo esta fobia y en principio no soportaba los cohetes o los globos pero cada vez va empeorando mas hoy me preocupe porque me aturdieron aplausos en medio de un evento, en navidad y nochebuena uso orejeras pero no voy a salir asi a la calle. Veo globos y sin que exploten ni nada salgo corriendo asi que me parece toda una hazaña tu relato y me alegro que lo hayas podido disfrutar.
ResponderEliminarHola Gatito.
EliminarPor lo que veo tienes un cuadro fóbico muy grave.
Mi recomendación es que empieces por ti misma a superarlo y te recomendaría que lo hicieras con los globos. Es algo costoso pero muy buena forma de empezar y darás un paso de gigante.
Poco a poco ahora espero escribir más a menudo e ir contando mis experiencias. Espero que eso pueda ayudaros un poco más.
Un saludo